En el largo periodo que el general Porfirio Díaz ocupó la Presidencia de la República como es bien sabido, se hacen más evidentes las abismales diferencias entre la riqueza, educación y bienestar entre la inmensa mayoría del pueblo y el reducido grupo privilegiado por el poder porfirista, a costa de la miseria. Pero la falta de libertades políticas, que bien se puede traducir: por una escasa posibilidad para las clases medias del tener un acceso social a los puestos de mando y riqueza. Pues precisamente fueron estas clases ilustradas a las cuales se les denegaba el acceso, quienes contaban con la preparación y el conocimiento de la situación real del país, quienes plantearon la necesidad y después la exigencia de que se abrieran las causes para tener oportunidad de disfrutar del poder, como lo es el caso de Madero.
Revolución como sueño, lucha, rebeldía que parece estar presente pero a su vez tan lejos que hace inquietarnos. Por lo tanto son inquietudes, rebeliones, transformaciones, dando radicales cambios violentos en las instituciones para un nuevo estado.
De cierta manera se puede pensar que la Revolución Mexicana de 1910, para algunos puede ser un movimiento social armado que lo requería el país. Nuestra historia nos ha enseñado que a pesar de que existen una serie de personajes que desvían el rumbo del país para que este sea un, digamos lo así “prospero”, existen otros medios los cuales no son necesariamente las armas para logar el cambio de las estructuras de poder o del mismo.
Actualmente en nuestro medio político y social, si se llegara a dar nuevamente una revolución dentro del país, debido a que las condiciones son algo similares que en 1910 siendo que hay una pobreza, (algo curioso es que el presidente actual Felipe Calderón se decía llamar el presidente del empleo sin nunca especificar que se podría vivir dignamente ganando el salario mínimo), Pues bien esta “revolución” ya no seria mediante las armas, pienso más bien sería ideológico, puesto que los objetivos principales serían el cambiar las estructuras fundamentales, estas sean políticas, sociales, jurídicas y económicas. No mediante un cambio violento, debido a que la sociedad en todos sus aspectos, merece la existencia y conservación de paz.